Hoy vuelvo a la blogosfera para contaros uno de mis últimos descubrimientos en Madrid: el brunch. Para aquellos que no lo sepáis el brunch es una tradición británico que unifica el desayuno y la comida (Breakfast + Lunch = Brunch). Yo lo descubrí durante mi estancia en Berlín y he de reconocer que me conquistó desde el primer momento.
Por el momento, sólo he podido probarlo en un sitio en Madrid, un lugar que se ha labrado su propio nombre gracias a esta tradicción, el restaurante Nina Madrid. Y he de reconocer que la fama la tiene más que merecida. Por lo que a mi respecta, tiene el sobresaliente en brunch.
Encontraréis el Nina Madrid en el barrio de Malasaña,en la calle Manuela Malasaña, 10. El brunch lo sirven de 12.00 a 17.30 horas, aunque la mejor hora para ir es entre la 1 y la 2 de la tarde. También tienen un amplio menú de comida, aunque aún no he tenido oportunidad de probar ningún plato.
De primero, puedes elegir entre diferentes zumos y batidos, que se siren con una bandeja de panecillos, mermelada de frambuesa y de naranja, tres tipos diferentes de mantequilla, queso de untar y paté, ¿a qué tiene buena pinta?
Como plato fuerte puedes elegir entre huevos revueltos con bacon crujiente y salchichas, bagel de salmón ahumado y queso Philadelphia, pavo o jamón natural al horno con huevo hilado y ciruelas al Armagnac y huevos Benedictine, (huevos escalfados sobre pan tostado con jamón y salsa holandesa). Yo elegí los huevos Benedictine y sólo puedo deciros que estaban increíbles.
Y para terminar te sirven el café con bollería variada (muffins, donuts, croissants…). A estas alturas sólo me queda dejaros una recomendación: ir a tomar el brunch con hambre, porque saldréis más que comidos para todo el día. Eso sí, con un trato muy agradable y habiendo disfrutado de una comida buenísima.
Para terminar, aquí os dejo mi fotito justo antes de disfrutar del brunch. ¡Hasta la próxima, fashionistas!
Si te gusta, comparte mi blog en: